domingo, diciembre 14, 2025

Resumen Festival de cine de La Habana año 2025


 



Fidel: el cineasta menos conocido del mundo


Fidel interviene en la XV Asamblea General de la ONU, el 26 de septiembre de 1960. Foto: Archivo de Granma

El 4 de diciembre de 1986, durante la inauguración de la sede de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, el Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, expresó:

La semana entrante la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano va a recibir del Estado cubano una donación que nunca nos cansaremos de agradecer, tanto por su generosidad sin precedentes y su oportunidad, como por la consagración personal que ha puesto en ella el cineasta menos conocido del mundo: Fidel Castro. Me refiero a la Escuela Internacional de Cine y Televisión, en San Antonio de los Baños, preparada para formar profesionales de la América Latina, Asia y África.

Quizás muchos se sorprendieran entonces de dicha afirmación, la consideraran hija de la muy fértil imaginación del Gabo, quien se refería al líder de la Revolución Cubana como «…un hombre con bondad de niño y talento cósmico», o un exagerado halago de ocasión. Lo cierto es que el escritor colombiano sabía lo que estaba afirmando.

Ya en otra ocasión, Gabo había destacado en Fidel al escritor que pudo haber sido y el excelente editor de sus libros, que gentilmente les enviaba para contar con su certero juicio crítico. Y es que el líder de la Revolución Cubana, además de tener una vasta cultura universal hija de su pasión desmesurada por la lectura, fue un apasionado cinéfilo. Bebió del cine, en todos sus géneros, como mismo lo hizo de la literatura en su más amplio horizonte.

La Habana, ciudad en la que vivió Fidel los más intensos años de su juventud, era una de las tres ciudades del mundo con mayor cantidad de salas cinematográficas a fines de la primera mitad del pasado siglo. Algunas fuentes afirman que era la primera, seguida de New York y París. El cine era una de las principales opciones de entretenimiento de entonces, en el caso de Cuba, marcado por el monopolio casi absoluto y la influencia de la cinematografía hollywoodense. Se veía cine mayoritariamente importado. Se producía muy poco.

Un hombre con la visión cultural de Fidel, viendo cine, se convenció pronto del inigualable alcance de este medio en la formación de valores, la identidad nacional y la salud espiritual de la sociedad, lo mismo que su utilización como instrumento de colonización mental de las multitudes.

Quizás por ello lo valoró como un arma estratégica de la Revolución, y a pocos días del triunfo, aprovechando el ímpetu de jóvenes vinculados a Cine Club Visión, estableció la sección de cine del Ejército Rebelde con el joven Manuel Pérez Paredes al frente, para divulgar entre los soldados lo mejor del cine de entonces, y, con la ayuda de su hermano de ideas Alfredo Guevara, Tomás Gutiérrez Alea y Julio García Espinosa, dio los pasos iniciales para la creación, el 24 de marzo de 1959, del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica, ICAIC, en Ley que lleva su firma como Primer Ministro del Gobierno Revolucionario. Años más tarde, con la vista puesta en la independencia cultural de nuestros pueblos, el 15 de diciembre de 1986 fundaría la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños.

Fidel demostró su pasión por el cine desde los primeros días de la Revolución. Por entonces compartió en La Habana con el actor australiano Errol Flyn, un ídolo del cine estadounidense, que visitó la isla identificado con la obra de justicia social que se iniciaba.

En abril de 1959, viajó Fidel a Estados Unidos en una larga estadía que concluyó con una escala en Texas, donde se reunió con Frank Walters, productor de Hollywood, quien le propuso la realización inmediata de una película sobre la revolución cubana, a filmar en locaciones de México, cuyas ganancias se repartirían a dos partes iguales, una para el equipo de realización y la otra para obras sociales en Cuba. El papel de Fidel lo encarnaría Marlon Brandon y el de Raúl, Frank Sinatra.

Fidel aceptó la propuesta con gran entusiasmo, pero las autoridades gubernamentales estadounidenses emprendieron una verdadera cacería en su contra, obstaculizando el proyecto, al punto de que Walters hubo de renunciar a su materialización.

Recientemente, en una visita sorpresiva al Centro Fidel Castro Ruz, Leopoldine Hughues Despaintes reconocida cineasta francesa y nieta del productor estadounidense, nos contó detalles de esta historia que reflejará en sendos materiales que con mucho amor prepara, en honor a su abuelo y a Fidel.

El ICAIC y el cine cubano en general, tuvieron siempre en Fidel el respaldo y atención priorizada y su apoyo en momentos cruciales. De ello han escrito historiadores del arte y del cine. Casi desconocido es, sin embargo, el espectro del cine que vio el Comandante y la frecuencia de su consumo.

Como parte del trabajo de rescate de la memoria histórica que realiza el Centro Fidel Castro Ruz, entrevistamos a los dos oficiales de su seguridad personal encargados de proyectarle las películas que con asiduidad veía Fidel. Para sorpresa nuestra, conservaban y donaron a la institución, las bitácoras donde anotaban los filmes proyectados.

Cuentan los dos compañeros que, en una estrecha complicidad, el ICAIC enviaba semanalmente a Fidel las principales películas que se exhibían en la isla y otras que se adquirían en disímiles países, por su interés particular. En ello Alfredo Guevara era su principal aliado.

En la década del 60 los compañeros de su escolta prepararon una pequeña salita donde, al concluir la jornada de trabajo a altas horas de la noche, Fidel los invitaba a ver un filme. Aclaraban que, generalmente, la mayoría de los espectadores quedaban fulminados por el agotamiento del día, pero Fidel, perseverante, las veía atentamente como una manera de relajar tensiones. A fines de la década del 80 del pasado siglo, prepararon una nueva sala de proyecciones en el Palacio de la Revolución, con la misma finalidad.

Veía Fidel todo género cinematográfico, pero alternaba sus preferencias con el cine bélico, en especial de la URSS, el cine de contenido social, y el vinculado a la literatura universal y la historia. Sentía una predilección especial por las comedias de Cantinflas y Chaplin, y por el cine español, incluido el musical.

Del contenido de las bitácoras podemos llevarnos una idea de cómo un jefe de estado e incansable estadista, en momentos cruciales de la historia de Cuba, su Revolución y el mundo, buscaba tiempo para la apreciación y la cultura cinematográfica, no como mero elemento de distracción, sino como instrumento de formación cultural y político.

Las mencionadas bitácoras relacionan los filmes vistos por Fidel entre el año 1966 y 1984, en medio de sus innumerables tareas. Para que se tenga una idea del tiempo que dedicaba al cine, por aquellos años, veamos las cifras: 1966, 36 filmes; 1967, 110; 1968, 101; 1969, 89; 1970, 94; 1971, 86; 1972, 49; 1973, 102; 1974, 104; 1975, 105; 1976, 141; 1977, 95; 1978, 79; 1979, 111; 1980, 73; 1981, 86; 1982, 40; 1983, 99; 1984, 75.

Vio Fidel en esos años (1966 a 1984) cine argentino, brasileño, chileno, boliviano, colombiano, mexicano, puertorriqueño, español, francés, inglés, belga, soviético, rumano, húngaro, yugoslavo, checoslovaco, de la República Democrática Alemana y la República Federal de Alemania, búlgaro, sueco, noruego, holandés, chino, japonés, vietnamita.

Clásicos del oeste como Río Bravo, Lo que la tierra hereda, Lo que no se perdona, Winchester 73, El pistolero invencible, El proscripto, Pueblo embrujado, Colt 45, se encuentran en el listado, también los llamados western espaguetis como El hombre que mató a Billy el niño y Manos torpes.

Obras del neorrealismo italiano como Divorcio a la italiana, o filmes de alta facturación estética como Cenizas y diamantes de Andrzej Wajda, Viridiana y El discreto encanto de la burguesía, de Luis Buñuel, Cría Cuervos de Carlos Saura, El huevo de la serpiente de Ingmar Bergman, Vivan los novios de Luis Berlanga, El Bravo del japonés Akiro Kurosawa, Nido de ratas de Elia Kasan, A quemarropa de John Boorman, La jauría humana de Artur Pen, El Padrino de Francis Ford Copola, Soy Cuba de Mijaíl Kalatózov, o Cantando bajo la lluvia con Gene Kelly, las apreció.

Del cine de suspense de Alfred Hitchcock, encontramos La llamada fatal, Vértigo, Psicosis, Los pájaros y Los 39 escalones.

El género de Ciencia ficción no le fue ajeno, prefiriendo en este sentido el cine japonés: Latitud cero, El hundimiento de Japón, Viaje al espacio y Terremoto.

De España distinguía el cine social y político, pero se relajaba especialmente con su cine musical: Carmen la de Ronda, la Reina del Chantecler, Gitana, El amor brujo, Las Leandras, La vida sigue igual, El Monumento o La abeja reina.

El cine bélico soviético le fascinaba: Páginas inmortales, Tanque T-34, Shapaev, el Comunista, El fascismo corriente, Las doce partes de diecisiete instantes de una primavera y las 18 partes de La Gran Guerra Patria. Todo lo que reflejara el heroísmo y la resistencia del pueblo soviético en la lucha contra el fascismo, lo priorizaba.

También el cine bélico estadounidense y universal: El zorro del desierto, El motín del Caine, Gengis Kan, Atila frente a Roma, Demetrio el gladiador, Napoleón, Espartaco, La batalla de Argel, Las aventuras de Werner Holt, El soldado azul, El botín de los valientes, Laurence de Arabia.

El cine de aventuras estaba presente con clásicos como Colmillo Blanco, El Conde de Montecristo o Sandokan.

Las comedias las disfrutaba como un muchacho, refieren los proyeccionistas. Desde películas satíricas como las de Bud Spenser y Terence Hill en la saga de Trinity, comedias como la italiana El magnífico cornudo, o la cinematografía de Cantinflas: Caballero a la medida, El portero, El siete macho, el bolero de Raquel o de Chaplin con El circo y el chicuelo, La quimera de oro, El gran dictador y Tiempos Modernos.

Filmes de los comediantes franceses Lois de Funes como El hombre orquesta y Manía de grandeza o las películas de Pierre Richard con El Rubio alto con un zapato negro, estaban en sus preferencias.

La literatura llevada al cine la perseguía: Por quién doblan las campanas, El corazón es un cazador solitario, Las nieves del Kilimanjaro, Romeo y Julieta, Teresa Raquín, Sin novedad en el frente, entre otras.

También vio cine dramático o comercial como Vivir por vivir, Atracción fatal o La edad de la inocencia de Martin Scorsese.

El cine documental estuvo en sus prioridades, tanto el cubano como el latinoamericano.

De nuestro continente prefería el cine social: El coronel Delmiro Gouveia, de Brasil, El nido del cóndor, de Perú, País portátil, de Venezuela, Canaima, de México, Canaguaro, de Colombia, Alsino y el cóndor, coproducción entre México, Cuba, Nicaragua y Costa Rica, o El enemigo principal de Jorge Sanjinés, de Bolivia.

De cine cubano lo vio prácticamente todo. Cuba 1958, Historias de la Revolución, El joven Rebelde, Las doce sillas, Los días del agua, Una pelea cubana contra los demonios, Mina, vientos de libertad, Canción de ayer y después, Girón, La nueva escuela, No hay sábado sin sol, Maluala, El programa del Moncada, Ustedes tienen la palabra, La última cena, Paty Candela, El rancheador, Río negro, Baraguá, La batalla de Jigüe, Alicia, Los sobrevivientes, El recurso del método, Aquella larga noche, los animados de Elpidio Valdés, Son o no son, Guardafronteras, Polvo rojo, Leyenda, Pedro Cero por ciento, Cecilia, Algo más que una medalla, Con el corazón en la tierra, Del 1 al 10, Canto a la vida, Los refugiados de la cueva del muerto, Hasta cierto punto, Tiempos de amor, Enero 1959, Se permuta, Habanera, Los pájaros tirándole a la escopeta, Amada, Túpac Amaru, Miguel y Francisca, entre otras.

A partir de la creación de la Fundación del Nuevo Cine latinoamericano y la Escuela del Nuevo Cine Latinoamericano, Fidel se convirtió en un consumidor de cine y documentales latinoamericanos que le hacían llegar ambas instituciones y el ICAIC. 

Las imágenes de Santiago Álvarez en los Noticieros ICAIC Latinoamericanos recogen su presencia en diferentes muestras de cine en La Habana, tal como lo hiciera también como espectador en los festivales del nuevo cine latinoamericano.

Sus encuentros con gentes del cine eran frecuentes. Directores y actores de todo el mundo lo visitaban. La prioridad, para el cine latinoamericano. Glauber Rocha, Nelson Pereira, Jorge Sanjinés, Gabriel García Márquez, Fernando Birri, Marcio Raúl Vargas Arana, Lisandro Duque, entre otros, lo frecuentaban.

A Oliver Stone dio la oportunidad de una larga entrevista devenida en el filme Comandante. También compartió con Steven Spielberg. Harry Belafonte, Danny Glover, Jack Nicholson, Jack Lemon, Leonardo di Caprio, Kevin Kostner, Robert Redford, Woody Harrelson, Ed Asner y Sean Penn lo visitaron.

Lo mismo actores y actrices europeos como Gerard Depardieu, Pierre Richard o Gina Lolobrígida.

Algunos pidieron el anonimato ante las posibles presiones del gobierno de los Estados Unidos.

Es esta una investigación del Centro Fidel Castro Ruz que apenas comienza. Será una contribución a la historia del cine cubano y un homenaje a la primera institución cultural fundada por Fidel tras el triunfo de la Revolución: el ICAIC.

jueves, noviembre 13, 2025

Silvio Rodríguez en Medellín: ¿el canto intacto, pero la organización fallida?


El paso de Silvio Rodríguez por Antioquia fue una mezcla de emoción y desencanto. Aun así, el poeta de la Nueva Trova volvió a demostrar por qué sigue siendo leyenda. Así fue el concierto que desató críticas.

A sus 78 años,el cubano volvió a conmover
a miles de asistentes,Pese a los fallos de Sonido y organización 

El Colombiano


04 de noviembre de 2025

El pasado 31 de octubre miles de personas se congregaron en Envigado con un mismo deseo: escuchar a Silvio Rodríguez, el trovador que a sus 78 años sigue convocando multitudes.

Su gira latinoamericana había despertado devoción en el sur del continente, con conciertos memorables en Chile, Argentina, Uruguay y Perú. En Colombia, el turno fue para Cali y Medellín, aunque esta última presentación quedó marcada por un episodio que desató críticas.

El concierto en Medellín estaba previsto inicialmente para la Plaza de Toros La Macarena, pero debido a la alta demanda, la productora Páramo Presenta decidió trasladarlo al Polideportivo Sur de Envigado, un recinto abierto con capacidad para unas 10.000 personas.

La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) abrió entonces una investigación por “falta de información clara y completa”   sobre el cambio de locación y operador de boletería. Muchos asistentes, que habían comprado boletas para un espacio cerrado con mejor acústica, se encontraron finalmente en graderías a cielo abierto, con visibilidad y sonido limitados.

Así lo reportan comentarios en redes sociales y el columnista Iván Gallo, quien contó su experiencia en el evento. Aun así, el concierto logró reunir cerca de 15.000 espectadores.Varias personas viajaron desde distintos puntos del país, soportando el caos vial del Día de las Brujas para alcanzar a escuchar al autor de Ojalá.

Pero el resultado no fue el esperado. Desde las primeras canciones, los reclamos por el bajo volumen se convirtieron en coro: “¡Volumen!”, gritaba el público entre insultos dirigidos a los organizadores. En la localidad Oro se denunciaron sobreventas, bloqueos en los accesos y falta de señalización. Sin embargo, el público aguantó.

Silvio, fiel a su estilo, evitó el espectáculo grandilocuente. No hubo pantallas ni artificios, apenas su guitarra y su voz. Su apuesta por la austeridad se enfrentó a la magnitud del escenario. “Silvio no necesita pantallas, porque sus conciertos son como plegarias”, escribió Gallo, quien reconoció que el problema no fue el artista, sino la decisión de sacar un recital íntimo al formato de estadio.

A pesar de los tropiezos técnicos, el trovador cubano ofreció un concierto de intensidad emocional.Hubo espacio para Alas de colibrí, Historia de las sillas y Unicornio, y un momento de silencio absoluto cuando dedicó un poema a Palestina, sin panfletos ni consignas, solo con la serenidad del que aún cree en la palabra.

Un día después, en Cali, su presentación en un recinto cerrado se desarrolló sin contratiempos, lo que confirmaría que el problema no era el músico sino la producción. La cita en Medellín quedará, pese a todo, como un acto de resistencia cultural: una noche imperfecta en sonido, pero perfecta en sentido.

¿Por qué la SIC investiga a la productora Páramo Presenta?

Por presunta falta de información clara a los compradores sobre el cambio de lugar y operador de boletería.

¿Qué diferencia hubo entre el concierto de Silvio Rodríguez en Medellín y el de Cali?

En Cali, la presentación se desarrolló en un recinto cerrado sin contratiempos logísticos, lo que sugiere que los problemas en Medellín —sonido y organización— no fueron atribuibles al artista sino a la producción. 

¿Cómo afecta al aficionado que las boletas se revendieran para este evento?

Quienes compraron boletas de forma legítima denunciaron reventa agresiva: entradas originales por ~COP 180.000 llegaron a ofertarse por más de COP 2 000 000. Esto evidencia fallas en el control de distribución y respaldo legal.



viernes, noviembre 07, 2025

FiSahara: dos décadas de resistencia a través del cine


El Festival Internacional de Cine del Sáhara se celebra por cuarta vez en Madrid cuando se cumplen 50 años de la Marcha Verde. Su lema es «Resistir es vencer».

Niños y niñas absortos durante una proyección del pasado FiSahara, celebrado en 2024 en los campamentos de Tinduf (Argelia). SERGIO R. MORENO

«Nunca he sentido el Sáhara sólo como un espacio geográfico, sino como un estado de ánimo; y estas tierras usurpadas, ocupadas, tienen un pedacito sustancial en lo más profundo de mi corazón».Estas palabras de Pilar Bardem, una de las impulsoras imprescindibles del Festival Internacional de Cine del Sáhara (FiSahara), reflejan la resolución que anima un proyecto que cada año se acerca a los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf. Proyecciones, mesas redondas, talleres de cine y otros eventos culturales pueblan varios días en los que cineastas, artistas, defensores de derechos humanos y periodistas de todo el mundo visitan la zona y tienen ocasión de conocer e intercambiar experiencias con la población refugiada.

En esta ocasión, cuando se cumplen 50 años de la Marcha Verde, se celebra por cuarta vez en Madrid, donde en aquel lejano 14 de noviembre de 1975 se firmaron los Acuerdos Tripartitos que traicionaron al pueblo saharaui. Su lema, recuperado de su XVIII edición en los campamentos, es «Resistir es vencer». En palabras de su directora ejecutiva, María Carrión, el FiSahara quiere ser «una celebración de una lucha de décadas que hoy sigue igual de viva».


Lo que hoy es un evento consolidado internacionalmente, que forma parte de una red que agrupa a más de 60 festivales de cine y derechos humanos en todo el mundo, empezó de manera un tanto accidental, tal y como recuerda el realizador Javier Corcuera, quien fuera codirector del certamen durante 10 años. «Yo había dirigido hacía poco La espalda del mundo, que había sido premiada en el festival de Donosti, y me encontraba en los campamentos para ver la posibilidad de hacer algo similar con la situación del exilio saharaui en la hamada. Y allí, entre té y té, surgió la idea de liarnos la manta a la cabeza y, en vez de una película, organizar todo un festival internacional», relata. Esa idea, que en un principio parecía una locura, poco a poco fue germinando hasta ver la luz en 2003.

Festival «a puro pulso»

Aquellas primeras ediciones salían adelante «a puro pulso», con más ilusión que medios: «El avión rebosaba de latas de películas en 35 mm que teníamos que acarrear, teníamos que ir cada tarde a comprar carburante para los grupos electrógenos, muchas veces nos movíamos entre campamentos haciendo autostop para conseguir material… Todo era una aventura», rememora Ahmed Mohamed Fadel, El Rubio, la contraparte saharaui de este proyecto. Pero para Corcuera todo merecía la pena: «Ver luego las proyecciones en pantalla gigante en mitad del desierto, el sonido de los proyectores, la población refugiada entregada al evento… era todo mágico». Y, además, con el tiempo, «se consiguió un objetivo que estaba siempre presente en nuestras mentes: sentar las bases de una escuela que permitiera a los saharauis hacer sus propias películas».

FiSahara: dos décadas de resistencia a través del cine
Los actores Thimbo Samb y Carolina Yuste en una fiesta del FiSahara 2024. SERGIO R. MORENO

Una escuela de cine en los campamentos

La Escuela de Formación Audiovisual Abidin Kaid Saleh, popularmente conocida como ‘Escuela de cine saharaui’, se inauguró en 2011 con el objetivo de capacitar a los jóvenes de los campamentos de personas refugiadas en la producción de cine y vídeo para que pudieran retratar sus propias vidas, abordar problemas críticos y empoderar a la comunidad. Y, pese a los permanentes problemas de financiación, es sin duda un objetivo conseguido con creces, tal y como afirma Brahim Chagaf, perteneciente a su primera promoción: «Sí, esa experiencia le dio sentido a mi vida: a través del cine me siento útil a mi pueblo y a mi causa. Hemos conseguido visibilizar nuestra realidad en el exterior, y a la vez convencer a la sociedad saharaui de las posibilidades que tiene este medio como herramienta de lucha y concienciación».

Chagaf, que actualmente vive en España, llegaría a convertirse en profesor adjunto de la escuela y más tarde en jefe de estudios, hasta 2023. Por el camino nos ha ido regalando un ramillete de películas con las que explora y profundiza en la identidad de su pueblo: Leyuad, Toufa, Patria dividida… y muy especialmente Khruju Fel-luju, una divertida sitcom que narra las vicisitudes de la juventud exiliada en los campamentos y que ha supuesto todo un acontecimiento tras su emisión en la televisión saharaui.


Pese a los obstáculos que ha ido encontrando en su camino –el último, el recorte en la financiación por parte de donantes estadounidenses– el festival ha seguido apuntalando aquel objetivo con el que se creó hace ya 22 años: empoderar, entretener y dar formación audiovisual a la población refugiada del Sáhara Occidental empleando el cine como instrumento para la transformación social.

FiSahara: dos décadas de resistencia a través del cine
Proyección de Insumisas. Mujeres en lucha en el Sáhara Occidental, en la Pantalla del Desierto. Este documental, que cuenta con el testimonio de activistas como El Ghalia Djimi o Mina Baali, ganó el año pasado el segundo premio del festival. SERGIO R. MORENO

Así, este noviembre estamos llamados a una nueva cita con el FiSahara para, tal y como remacha María Carrión, «ayudarnos a conocer el cine saharaui y, a la vez, mantener no solo viva la llama de este pueblo, sino a potenciarlo mediante su proyección internacional».

La edición de 2025


Este año, la IV edición madrileña del FiSahara se está celebrando del 6 al 8 de noviembre. El acto de apertura tuvo lugar ayer en la sala Mirador y en él se rindió homenaje a Mariem Hassan, «la voz indómita» del Sáhara, quien falleció hace 10 años pero ha dejado una huella imborrable en la memoria musical de su pueblo. Esta inauguración, a la que asistió su hija Aghaila, contó con la proyección de Mariem, cortometraje documental de Javier Corcuera, presentado recientemente en el Festival de Málaga, y estuvo acompañada de una actuación musical de la asociación de artistas saharauis en la diáspora.

Los siguientes días, el festival se traslada al Círculo de Bellas Artes con dos sesiones por jornada: hoy viernes 7 dará comienzo con la sesión «Resistir cantando», sobre la vida y el legado de Mariem Hassan, seguida de «Resistir desde el exilio», ambas acompañadas de proyecciones y mesas redondas con la participación de saharauis como el abogado Sidi Talebuya o las activistas Fati Haddad y Salka Mahfud.

El sábado 8 se presentarán los dos últimos números de la revista La Marea, en los que dedicamos parte del contenido al Sáhara Occidental, para dar paso más tarde a una nueva sesión titulada «Resistir siendo: las trincheras del cine y la cultura», que resalta la importancia del cine como vanguardia en la lucha por la identidad de los pueblos.

El festival se cerrará con la sesión «Resistencias no violentas: de la huelga de hambre de Aminetu Haidar a la Global Sumud Flotilla», en la que se estrenará el documental Aminetu. Le seguirá una mesa redonda sobre la huelga de hambre protagonizada por Haidar en 2009 y sobre la reciente acción de la Global Sumud Flotilla, uniendo así la realidad paralela de dos pueblos sojuzgados, el saharaui y el palestino

jueves, octubre 30, 2025

La Bajada de Alí Primera.


Lcdo. Luis Cazorla. Promotor Cultural,  Cronista Comunal.

Jueves 30/10/2.025.

Desde el 31 de octubre de 2.010, se realiza la "Bajada de Alí", Gran Marcha para enaltecer la figura del extraordinario hombre de lucha y de pueblo, "Alí Primera", con salida desde el Cerro de "Buena Vista", de la población de Caujarao, lugar donde se erige  el momumento, hasta la Plaza Bolívar, Centro Histórico de Coro.


La idea inicial de dicha marcha surge del Cultor Popular, Compositor, Músico y Cantante Ramón Revilla, quien para ese entonces era Promotor Cultural del Instituto de Cultura del Estado Falcón INCUDEF, e integrante de la agrupación musical Ensamble Venezuela Alí Primera, dirigida para el momento por quien escribe estás lineas, junto a otros promotores Culturales como: Antropólogo cubano venezolano José Millet, Enzio Provenzano Clark, Ismael Medina, Rubén Medina, Luis Torres, Aura Zavala Fernando Jiménez, (fallecido), José Solis (fallecido), Manuel Véliz (fallecido), entre otros, todos motivados por la idea del compañero Revilla, a la que se sumó el director del INCUDEF, Simón Petit.

El evento popular pretendía emular las grandes celebraciones que se realizan en muchos estados, tales como: La  bajada de los furros, de la Virgen de Chiquinquirá, y los Chimbangues de San Benito del Estado Zulia, El Santo Cristo de la Grita, Los Zaragoza de Sanare en el Estado Lara, la Virgen de Coromoto en Guanare, Estado Portuguesa, y así, en muchas regiones del país, que le dan un lugar preponderante a sus iconos .

En el caso nuestro, Alí es uno de los iconos más importante de nuestro País, Estado y de nuestra ciudad que se ha tomado como imagen de esperanza y solidaridad como elemento de está celebracion.

Cabe destacar que en la actualidad "La Bajada de Alí" se ha convertido en en una convocatoria obligada  para perpetuar la memoria, pensamiento, canto y vigencia de la obra del Cantor Mayor, teniendo como lugar de llegada y compartir solidario, la Plaza "Hugo Rafael Chávez Frías", ubicada al sur de la ciudad.

Está actividad contrarresta y combate otra celebración foránea que dista mucho de nuestra idiosincrasia como pueblo: El Halloween. Mientras algunos consideran rendir tributo y honor a la muerte y su terror a través de las amenazas y el miedo, nosotros con Alí  y un profundo amor por el ser humano, rendimos  respeto y distinción a la Paz y la Vida.

Nota:  El proyecto se inició en el mes de febrero de 2.004, y concluye en el 2.007. La estatua fue realizada por el artista Falconiano Carlos Pérez, mide 7 metros de alto y es de concreto armado.

En el año 2.024, dicha estatua y sus espacios fueron intervenidos por el gobierno municipal y regional con el fin de brindar mantenimiento al monumento y sus caminerias.