jueves, agosto 08, 2024

Mijain la hazaña de Cuba


Por Fidel Díaz Castro


Cuba se come hoy las uñas a las 2 de la tarde. Poco más poco menos, no habrá cubano ausente del televisor, o de la radio, o de las redes siguiendo el rastro de #Mijaín López en la búsqueda de algo que nadie ha logrado, ganar en una especialidad de cualquier deporte individual 5 títulos olímpicos consecutivos.


Las calles son hervideros desde ayer, tres combates en que el Coloso de 42 años mostró estar en perfecta forma, concentrado, en la cima de la maestría técnica.


Tuve que ver el tercero de los combates en la hamburguesera del Mónaco, pues me tocó apagón. Por el camino, en el agro, hablaban críticamente acerca del boxeo y otros deportes por debajo. Y claro que salía, el «bastante hacen para cómo está la cosa», y alguno que otro replicaba que varios de los que han caído, están ranqueados en grandes eventos internacionales, y topan y giran y entrenan por variopintos lugares. Pero todo va a dar al gigante de Herradura, si gana él ganamos la Olimpiada Paris 2024.


—Fíjate el respeto que le tienen —repite una y otra vez el parqueador— que el campeón mundial lo pudo tener para trabajarlo en el piso y renunció. Lo tienen estudiado y saben que a ese no hay quien lo mueva.


Llegó el tercer combate, todos apilados a la baranda, los que estaban masticando dejaron en resposo sus espléndidas y nada baratas hamburguesas criollas. Esos de los palcos y los del graderío animaban juntos, y en el primer volteo que dio Mijain se fue abajo aquello.


«¡Nooooo, ohhh, no puede ser!» fue el alarido colectivo en el instante del segundo periódo cuando fue llevado a posición de 4 puntos y lograron levantarlo del colchón, pero se volteó con maestría y estuvo a punto de tirar al rival. Mostrando que tiene sus instintos conectados a la experiencia lo cual dificulta sorprenderlo. 

Dejé la ovación y caminando de retorno a casa, me saluda —como si me conociera de toda la vida— un señor de aspecto humilde (tanto como el mío, que en el barrio se suelta y se extrema) al parecer custodio del policlínico, me alzó los brazos y eufórico me dijo: «¡Viste eso! ¡Ese sí es el caballo! Invencible. Deberían ustedes ponerlo en el programa (se refería claro a la Pupila Asombrada y comprendí su trato familiar). Él es Cuba. Y ya alojándome remató: «¡Cómo pensé en el Comandante!»


Seguí las tres cuadras hasta mi cueva y todo eran chistes y risas alrededor de esa mole imbatible y la espera de los demás luchadores del mundo a que se retire para poder coger un chance. 

En un par de horas será el acontecimiento. Nunca es fácil un momento así, yo empiezo a mover los hombros con él, me inclino hacia los dados miméticamente, doy pasos sin quitar la vista, miro el cronometro que marca el tiempo. Varios amigos me han pronosticado infarto. 

Su rival es el luchador que más lo conoce en el mundo en la praxis Yasmani Acosta, quien compite ahora por Chile, cerca de quince años en la misma escuela de lucha, entrenando con Mijain, algo así como su sparring.


Algunos, en las redes, con bilis a flor de labios han puesto: «le voy al patria y vida», refiriéndose a Yasmani. Como si se tratase de un enemigo de su patria, por estar representando a otro país. (A propósito la frase le pertenece a Fidel Castro quien en conversación con pioneros, en fecha tan lejana como el 23 de diciembre de 1999, jugó con el sentido de Patria o Muerte, haciendo una variación en homenaje al futuro: «Voy a usar una frase, no definitiva, porque nosotros no debemos renunciar a la idea de Patria o Muerte, ni a la idea del Socialismo o Muerte, y voy a decir como dijo una joven diputada en la Asamble Nacional: ¡Patria y vida! ¡Vida para ustedes es lo que queremos!»


Igualmente, han aparecido quienes al otro extremo, han criticado a quienes reconocemos como cubanos a quienes compiten con otra bandera. Claro que yo quisiera que todos los compatriotas compitieran por nuestra delegación, pero «nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio» dice Serrat al cierre de una canción. Y es cierto que hay quienes encuentran oportunidades de competir con altos contratos, de pagos imposibles en nuestra Isla, por razones diversas. Por eso aquellos que en sus declaraciones reconocen el desarrollo del deporte nacional, el que los formó, con honestidad y humildad, y muestran admiración y respetos por quienes fueron sus compañeros de equipo, que ahora enfrentan y se declaran con orgullo ser cubanos y le dedican a su pueblo, el nuestro, sus logros, aunque lleven otro estandarte, deben ser igualmente hijos nuestros. Porque lo son, y porque muestran al mundo la valía de haber diseñado un sistema deportivo horizontal, que a pesar de sus inmensas carencias, o errores que se puedan cometer, permite detectar y desarrollar cualquier talento sin distinción alguna en el más apartado paraje de la geografía nacional.


Hoy tenemos el ejemplo del Gigante de Herradura, en Pinar del Río.


Debe hacer en un par de horas lo que nadie ha hecho en Juegos Olímpicos. Su rival lo conoce muy bien y él a su rival como a un hijo que ha visto —y ayudado— a crecer. No solo entrenaron juntos durante años, ahora para la olimpiada, Chile vino a hacer entrenamiento con nuestro equipo aquí y en un par de país hace unos días. 

Precisamente Yasmani declaró a la prensa internacional:   

«Mijaín López es mi ídolo en el deporte, se de todo el esfuerzo que hay detrás de sus logros. Y nada, es mi amigo, mi hermano, y será una final bonita. De hecho, muchas de las cosas que sé hoy las sé por él. Incluso, 5 o 6 minutos antes de enfrentar mi semifinal me estaba dando consejos, me estaba dando tips, así que nos llevamos muy bien».


Un gran cartel mostraba ayer a Mijain López ante la icónica torres parisina. Y alguien escribió al pie de foto: «Aquí vemos a uno de los edificios más fuertes del mundo. Detrás se puede ver la torre Eiffel».



#letrasparamijain

No hay comentarios:

A vueltas con el patriotismo

Luis García Montero, “Entre los patriotas y el vacío”, Infolibre , 17 de agosto de 2024  La cultura es sobre todo un sentido de pertenencia....