« A los 87 años dejó de recorrer las selvas, desiertos o mares para fundirse como un cometa esplendoroso en el río sideral del infinito. Plasmó en las hojas del tiempo nuestra soledad, quimeras y esperanzas con la maestría de la palabra mágica o « escritura embrujada » como diría el propio Gabriel García Márquez.
En esencia, aquella realidad conectada con este país extraño de los sueños que llevamos como un cofre que guarda nuestros tormentos, deseos y horizontes de la inmensidad. Comprometido con la causa y la dignidad humana que se tradujo en acciones concretas como su valioso aporte al desarrollo cultural de Cuba durante su permanencia en la Habana.
Resuelto defensor de la “Revolución Cubana” y amigo personal de Fidel Castro, quien retratara al escritor nacido entre ciénagas enmarañadas y lluvias tropicales de Aracataca como “ Un hombre con bondad de niño y talento cósmico.”
Amó de tal manera nuestro Continente que inclusive en momentos de recibir el Premio Nobel de Literatura en 1982, dio a conocer al mundo las atrocidades cometidas por las dictaduras en Latinoamérica. Entregó una genial reseña histórica de lo que fuimos en la senda extraviada de ayer y el futuro de belleza que tenemos por delante.
Fue un admirador de la figura de Salvador Allende, de aquel hombre gigante que enfrentó solitario la muerte con el Pueblo en su corazón destrozado. Evocando a Salvador Allende, escribió: “Su virtud mayor fue la consecuencia, pero el destino le deparó la rara y trágica grandeza de morir defendiendo a bala el mamarracho anacrónico del derecho burgués, defendiendo una Corte Suprema de Justicia que lo había repudiado y había de legitimar a sus asesinos, defendiendo un Congreso miserable que lo había declarado ilegítimo, pero que había de sucumbir complacido ante la voluntad de los usurpadores, defendiendo la voluntad de los partidos de la oposición que habían vendido su alma al fascismo, defendiendo toda la parafernalia apolillada de un sistema de mierda que él se había propuesto aniquilar sin disparar un tiro.”
Pablo Neruda siendo embajador en Francia y con motivo de la obtención del preciado galardón, reconoció públicamente a Gabriel García Márquez , vaticinando para él un futuro Premio Nobel de Literatura. El reconocimiento de un poeta universal a un novelista genial en la coexistencia sublime de las letras.
Ahora, en el silencio crepuscular de gaviotas o estrellas humedecidas del ciclo de la vida… te decimos: Gracias maestro por el oro de las palabras y la poesía de tu excepcional narrativa que nos has entregado ».
17 de abri de 2014.
Nicolás Liberde Llanka
Escritor.
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