jueves, diciembre 25, 2008

Te hemos pillao mintiendo!

Las últimas semanas el Ministerio de Cultura nos sorprendió con una nueva campaña tautológica Si eres legal, eres legal.Obviamente.

Lo que no resulta tan obvio es la razón por la que dentro de esa campaña se afirma que el intercambio entre usuarios de material cultural sujeto a copyright es delito, aún no existiendo animo de lucro.

¿Acaso se ha realizado una modificación de la legislación sin avisarnos a los ciudadanos? ¿Acaso las declaraciones de la fiscalía o de la unidad de delitos telemáticos de la policía donde informaban claramente que el intercambio de cultura sin animo de lucro no constituye ningún delito penal estaban equivocadas?

No es una mentira aislada sino toda una campaña de los lobbies de la industria cultural para especular con la era digital.

Más info: http://compartiresb ueno.net/ index.php/ 2008/12/12/ descarga- publica-p2p- frente-a-la- sede-del- psoe-20122008- a-las-1200/

miércoles, junio 25, 2008

¡No al prestamo de pago en bibiotecas!

El préstamo de pago en bibliotecas es una obligación con la que la Unión Europea, que ha impuesto esta norma, se somete a los dictados de los nuevos soberanos neoliberales (BM, FMI, OMC) que desean convertir todo acto de los seres humanos en un acto mercantil. Y los Estados europeos se someten al dictado del nuevo Dios Neoliberal tratando de evitar protestas: paga el Estado Español, y traslada a los ciudadanos como contribuyentes el coste de ese 'préstamo de pago en bibliotecas'. Debemos manifestarnos en contra de esta nueva ficción jurídica asociada a la propiedad intelectual, por mucho que resulte justiciero que ahora hayan de pagar hasta los que no leen.
Por la lectura por José Luis Sanpedro


Cuando yo era un muchacho, en la España de 1931, vivía en Aranjuez un Maestro Nacional llamado D. Justo G. Escudero Lezamit. A punto de jubilarse, acudía a la escuela incluso los sábados por la mañana aunque no tenía clases porque allí, en un despachito que le habían cedido, atendía su biblioteca circulante. Era suya porque la había creado él solo, con libros donados por amigos, instituciones y padres de alumnos. Sus 'clientes' éramos jóvenes y adultos, hombres y mujeres a quienes sólo cobraba cincuenta céntimos al mes por prestar a cada cual un libro a la semana. Allí descubrí a Dickens y a Baroja, leí a Salgari y a Karl May.


Muchos años después hice una visita a un bibliotequita de un pueblo madrileño. No parecía haber sido muy frecuentada, pero se había hecho cargo recientemente una joven titulada quien había ideado crear un rincón exclusivo para los niños con un trozo de moqueta para sentarlos. Al principio las madres acogieron la idea con simpatía porque les servía de guardería. Tras recoger a sus hijos en el colegio los dejaban allí un rato mientras terminaban de hacer sus compras, pero cuando regresaban a por ellos, no era raro que los niños, intrigados por el final, pidieran quedarse un ratito más hasta terminar el cuento que estaban leyendo. Durante la espera, las madres curioseaban, cogían algún libro, lo hojeaban y a veces también ellas quedaban prendadas. Tiempo después me enteré de que la experiencia había dado sus frutos: algunas lectoras eran mujeres que nunca habían leído antes de que una simple moqueta en manos de una joven bibliotecaria les descubriera otros mundos.



Y aún más años después descubrí otro prodigio en un gran hospital de Valencia. La biblioteca de atención al paciente, con la que mitigan las largas esperas y angustias tanto de familiares como de los propios enfermos, fue creada por iniciativa y voluntarismo de una empleada. Con un carrito del supermercado cargado de libros donados, paseándose por las distintas plantas, con largas peregrinaciones y luchas con la administración intentando convencer a burócratas y médicos no siempre abiertos a otras consideraciones, de que el conocimiento y el placer que proporciona la lectura puede contribuir a la curación, al cabo de los años ha logrado dotar al hospital y sus usuarios de una biblioteca con un servicio de préstamos y unas actividades que le han valido, además del prestigio y admiración de cuantos hemos pasado por ahí, un premio del gremio de libreros en reconocimiento a su labor en favor del libro.



Evoco ahora estos tres de entre los muchos ejemplos de tesón bibliotecario, al enterarme de que resurge la amenaza del préstamo de pago. Se pretende obligar a las bibliotecas a pagar 20 céntimos por cada libro prestado en concepto de canon para resarcir —eso dicen— a los autores del desgaste del préstamo.



Me quedo confuso y no entiendo nada. En la vida corriente el que paga una suma es porque:
a) obtiene algo a cambio.
b) es objeto de una sanción.



Y yo me pregunto: ¿qué obtiene una biblioteca pública, una vez pagada la adquisición del libro para prestarlo? ¿O es que debe ser multada por cumplir con su misión, que es precisamente ésa, la De prestar libros y fomentar la lectura?



Por otro lado, ¿qué se les desgasta a los autores en la operación? ¿Acaso dejaron de cobrar por el libro? ¿Se les leerá menos por ser lecturas prestadas? ¿Venderán menos o les servirá de publicidad el préstamo como cuando una fábrica regala muestras de sus productos? Pero, sobre todo: ¿Se quiere fomentar la lectura?, ¿Europa prefiere autores más ricos pero menos leídos?
No entiendo a esa Europa mercantil. Personalmente prefiero que me lean y soy yo quien se siente deudor con la labor bibliotecaria en la difusión de mi obra.



Sépanlo quienes, sin preguntarme, pretenden defender mis intereses de autor cargándose a las bibliotecas. He firmado en contra de esa medida en diferentes ocasiones y me uno nuevamente a la campaña.
¡NO AL PRÉSTAMO DE PAGO EN BIBLIOTECAS!

martes, marzo 11, 2008

Carta a Joan Manuel Serrat

POR SU APOYO AL MANIFIESTO EN FAVOR DE ALEJANDRO SANZ TRANSCRIPCIÓN DE LA CARTA:



El ministro de Cultura de Venezuela, en carta dirigida a Joan Manuel Serrat, le pone al corriente sobre las mentiras vertidas por el cantante Alejandro Sanz acerca del supuesto veto, que le impidió actuar en Caracas. Alejandro Sanz (señorito andaluz y aprendiz de dictador cortijero) se ha convertido en el vocero oficial de la mafia cubano-venezolana antichavista. Querido amigo: Permíteme que te llame de esa manera porque de verdad lo eres, aunque no lo sepas.



Tus canciones, la imagen de tu sencillez y tranquilidad de espíritu, así como la referencia del compromiso tuyo con una visión incluyente del mundo, han sido algo importante en mi vida, como lo ha sido en la vida de muchas personas que me rodean. Además somos, por así decirlo, de la misma camada. Pues yo nací en octubre y tú en diciembre de 1943. Viejos camaradas a distancia, uno de ellos sin conocer al otro, en una relación asimétrica. La primera noticia tuya la tuve, creo, a mediados de los sesenta, a través de un disco de 45 revoluciones con canciones en catalán. Me acuerdo todavía de Les Sabates: "Quanta gent que passa amb l'ull sorrut!..Quanta gent l'esperança ha perdut!…". Y luego te fui siguiendo a lo largo de estos cuarenta y tantos años, comprando casi todos los discos que sacabas y asistiendo a tus conciertos.



El último fue el que nos ofreciste en Caracas en noviembre pasado, junto a ese otro gran amigo y camarada (aunque él tampoco lo sepa) que se llama Joaquín Sabina. Acudí como un espectador más, entremezclado entre el público al que pertenezco. Aún siendo ministro del poder popular para la cultura, no hice ningún esfuerzo por saludarte ni por hacerme notar. Tampoco estuve en los lugares preferenciales. En ese momento yo era únicamente un espectador agradecido por el hermoso regalo que nos estaban dando Serrat y Sabina. Y lo cierto es que lo disfruté bastante. Hoy, sin embargo, una piedrecita se me metió en el zapato causándome una molestia que me impulsó a escribir esta carta.



Acabo de leer una noticia en un periódico caraqueño con fecha 14 de febrero, en la que se comenta que entre los firmantes de la carta de solidaridad con Alejandro Sanz, aparecen tu nombre y el de Joaquín Sabina. No me incomoda ni puedo criticar, ciertamente, la solidaridad entre colegas. Es natural y comprensible. Lo que me preocupa es que puedas haber firmado esa carta a la luz (o a la sombra) de la campaña mediática nacional e internacional que, desde hace años, se ha desatado contra nosotros, pueblo y gobierno de Venezuela. Yo quiero explicarte bien este caso. Por un lado, para que conozcas la verdad.



Y por el otro para poder seguir disfrutando de tus canciones sin sentir un mal sabor, una amargura, en el alma. Es por mí, por quien lo hago. Perdóname esa. Lo primero que debes saber es que el incidente Sanz se produce en un momento en el cuál el Poliedro de Caracas acababa de cambiar de manos. Hasta entonces el Poliedro era una fundación adscrita al Ministerio de la Cultura y en esos días, se había concretado su adscripción al Ministerio de Educación Superior. De manera tal que todo en el Poliedro estaba en revisión profunda para adecuarlo a unas nuevas funciones, analizándose desde su razón de ser, hasta la propia organización gerencial.



Ese es un dato importante del asunto. Fue en esos días cuando, ante la solicitud de una determinada compañía productora de espectáculos, la nueva autoridad decide no darle el visto bueno a la presentación de Alejandro Sanz en el Poliedro. Debe quedar claro que en ningún momento se censuró su presentación, ni se le impidió presentarse en otro lugar ni, mucho menos, se le negó la entrada a Venezuela. Ningún tipo de prohibiciones. Sólo dificultades para usar un espacio, el Poliedro. A partir de allí comenzó el tsunami mediático a tergiversar las cosas. A mentir descaradamente, como es su costumbre. Pero eso no es nada para nosotros. Lo vivimos todos los días. El caso es que muy pocas semanas después se superó el incidente y se autorizó la presentación de Alejandro Sanz en el Poliedro de Caracas. Eso es historia documentada.



Pero, en un cierto momento, habiéndose comenzado incluso a vender las entradas, al cantante ya no le pareció interesante o conveniente venir a Venezuela. Desconozco las razones por las que no quiso actuar aquí. Comenzó entonces a improvisar excusas. Dijo que ninguno de los grandes hoteles de Caracas quería darle alojamiento, cosa que de inmediato fue desmentida públicamente por el Meliá Caracas, el Embassy Suites, el Tamanaco y el Eurobuilding. Poco después salió en televisión con una camiseta en inglés insultando soezmente al Presidente Chávez.



Y desde este lado para no quedar en desventaja, la Cámara Municipal del Municipio Libertador declaró a Alejandro Sanz persona no grata. Bueno, la vida es así. Donde las dan, las toman. Y luego, como en un coro bien dirigido, comenzaron a aparecer en todo el mundo las voces contra la censura en Venezuela, involucrando en la crítica al propio Presidente Chávez que, me consta, no tenía arte ni parte. Hoy mismo salen dos entrevistas a Fito Páez, en su paso por Caracas. En El Nacional dice: "Chávez no tolera la disidencia, es intolerante…Uno tiene derecho a pensar, hacer y decir lo que quiera, mientras eso no afecte a los demás". En El Universal declara: "Chávez debería meterse con gente más pesada, como yo".



Bueno, la verdad, Joan Manuel, es que ni Chávez ni nadie aquí se mete con los intelectuales, ni con los artistas ni con ninguna persona en particular por sus ideas o sus creaciones. Yo no estoy seguro de poder calificar a Venezuela como el país más libre del mundo, pero de lo que, sí, estoy seguro, es que éste es un país tan libre como cualquiera pueda serlo. Y desde luego mucho más, por ejemplo, que los EEUU o que la propia España, donde a cada rato, y tú lo sabes, se cierra o se multa un periódico, se prohíbe un partido o se enjuicia a unos muchachos por quemar una fotografía en público. Yo puedo jurar y juro, como Ministro del Poder Popular para la Cultura y como ciudadano, que en nuestro país la libertad de creación, de opinión y de información es absoluta, sin otro límite que el de las propias leyes.



No conozco aquí, en esta época, ningún ejemplo de censura por parte del Gobierno. Esto es un hecho que cualquier visitante o, incluso, cualquier usuario de internet que no crea en chismes y vaya a las fuentes, puede constatar. Basta con leer los periódicos (para muestra las entrevistas de hoy a Fito Páez, el peso pesado) o sentarse por unos minutos ante un canal de TV tan venenoso como Globovisión. Y por último ¿sabes una cosa?: si algún funcionario público pudiera cometer un error de ese tipo en algún momento, esa persona no sería precisamente el Presidente Chávez. Nunca él.



No va con su naturaleza. A Hugo Chávez, como persona y como político, le gusta jugar limpio y ganar en buena lid. Es fuerte en la batalla de las ideas, sin otorgar concesiones innecesarias a la retórica académica o cortesana, pero dentro de la confrontación no hace trampa, no mueve las fichas, no compra al árbitro, no le amarra las manos ni la boca a nadie. Lo digo con propiedad, porque lo conozco, creo, bastante bien. Y este es otro dato del asunto.



De modo que así están las cosas. Yo me saqué una piedrecita del zapato escribiendo esta carta y, si no hay novedad, podré seguir escuchando tus discos, queriéndote y admirándote, como siempre lo he hecho. Y lo mismo con Joaquín Sabina. Vaya un saludo cariñoso para los dos. Farruco Sesto, Ministro del Poder Popular para la Cultura de la República Bolivariana

"Canta Camarada"Jose Zeca Alfonso(LP 1975)