viernes, octubre 28, 2022

El burro explosivo.


Poema que Rafael Alberti dedicó a Franco en 1938


Tú todavía, general botijo,

caudillo cantimplora sin pitorro,

liliputiense, hijo

de zorra cabezorra y cabezorro.


Di, Francisco, ¿hasta cuándo,

con tus bordados camisones nuevos,

de cara al sol y caraculeando,

nos tocarás la yema de los huevos?


Contempla, rebozado cochifrito,

la desgraciada Italia de Benito,

la Alemania de Adolfo destrozada.

Pero siendo tan chico de estatura

para contemplar nada,

sube a admirarlas, paticuesco enano,

desde la interminable sepultura

de tanta España muerta por tu mano.


¿Qué ves? Verde te veo,

no de aquel bello azul, azul de Prusia,

que la Falange (luego Falangeta

cuando se le encogió y heló el respiro

traseramente en Rusia)

viera desvanecerse en la puñeta.


¿Duermes tranquilo, Franco?

Cómo son al sentarte tus mañanas,

si atacado de espaldas y de flanco

por tus erectas guardas africanas

velas sin vela, ¡oh Canco, Canco, Canco!


Arriba ya, paneque! baila, andorga;

peonza que al final democratizas;

baila, culo hecho trizas,

baila, Generalismo pandorga,

sieso manido, sieso

patibulario, tieso y patitieso!


Muerto estás ya, Paquita la Católica,

Isabel del Ferrol y de Castilla.

Tu España carajólica

te despide: ¡Presente!,

mientras en los luceros, amarilla,

sube tu gloria de mojón caliente



Krahe y el despotismo democrático felipista

 

Krahe y el despotismo democrático felipista

La censura de ‘Cuervo ingenuo’ en TVE fue una prueba más del rodillo socialista de la época

Javier Krahe, en una imagen de archivo. / DS

LUIS SÁNCHEZ-MOLINÍ27 Octubre, 2022 - 00:01h

AHORA que, consumada y asentada la de Suárez, estamos en plena operación de mitificación de Felipe González con motivo de los 40 años de su primera y arrolladora mayoría absoluta, es el momento de recordar a Javier Krahe. Y dirán muchos: ¿qué tiene que ver aquel golferas de la canción y anarcoburgués, como lo definió Julio Llamazares, con tal acontecimiento histórico? Quizás poco, pero la censura de su canción Cuervo ingenuo por TVE fue una prueba más del rodillo que el felipismo triunfante aplicaba a las voces críticas, del despotismo democrático que imperó en la época. En aquella tonada, Krahe, que no era muy aficionado precisamente a darle la tabarra a nadie con temas políticos o morales, criticaba con elogiable chufla y dominio de la rima el giro de opinión de González respecto a la OTAN y otros asuntos, tras haber engañado al electorado de izquierdas más ingenuo. Recuerden y tarareen: “Hombre blanco hablar con lengua de serpiente”.

A Javier Krahe, como tantas cosas en la vida, me lo descubrió Falique Moreno, fotógrafo, agricultor y propietario en esa época de un tocadiscos en el que no paraba de sonar La Mandrágora. Allí aprendí a valorar a Krahe no como un contestatario del montón, sino como un continuador de la gran tradición humorística hispana que ha dado suculentos frutos: Marcial, Quevedo, Jardiel Poncela, Camba, Muñoz Seca, La codorniz, Tip y Coll, Berlanga, Juan Carlos Ortega... Un humor culto con ribetes surrealistas y costumbristas, a veces despiadado, que se basa en un uso magistral del lenguaje y que lleva por bandera su vocación gamberra y antisolemne.

Si hoy traigo a estas líneas el nombre de Javier Krahe es porque el otro día escuché el Documentos que RNE dedicó a su figura (¡bravísimo!). Documentos –ya se ha dicho alguna vez– era uno de los mejores programas de la radiodifusión española hasta que lo llenaron de sermones y hagiografías los de la mamela de la Memoria Democrática (el despotismo se ejerce hoy también en el pasado). Cada vez que alguien le diga que quiere hacer “pedagogía” con usted (como nos suelen decir desde el Ministerio de la Verdad del sanchismo), póngase en guardia, porque lo que de verdad pretende es meterlo en un campo mental de reeducación. Reencontrarme con Javier Krahe tras años sin escuchar sus canciones ha sido un placer, aunque su figura proyecte también la sombra agridulce de los años pasados irremediablemente. Y bien, me voy tarareando aquello de “Y lúgubre corrí/ al funeral de Marieta./ A la bella, la traidora/ le dio por resucitar./ Y yo con mi corona/ hice el gilipollas, madre”.

viernes, octubre 21, 2022

Introducción al realismo socialista

OPINIÓN POR: AQUILES LÁZARO


CEMEES.

Octubre 2022

Paradójicamente, cuando la nueva corriente habló por primera vez al público no lo hizo en ruso, sino en inglés. Appleton’s Magazine, revista literaria con sede en Nueva York, publicó en 1906 los primeros capítulos de una obra capital en la historia de la literatura: La madre de Máximo Gorki. La novela se publicaría en Rusia un año más tarde.



El discurso artístico en la convulsa Rusia de principios del siglo xx, calificaría después a La madre como la piedra fundacional del realismo socialista y al escritor Máximo Gorki, experimentado militante socialdemócrata, como su padre intelectual.  

El hecho de que la nueva corriente, que llegaría a abarcar a todas las manifestaciones artísticas, haya nacido en la literatura no es casual. Lenin, artífice intelectual y orquestador directo de la Revolución de Octubre, vertió sus escasos comentarios sobre cuestiones artísticas casi exclusivamente en la literatura. Sus reflexiones en torno a los problemas del arte se rastrean con dificultad en lo abundante de su obra teórica, y se refieren casi siempre a temas literarios.

Por otra parte, la admiración artística y el respeto que Lenin profesaba al camarada Gorki están perfectamente documentados. Incluso en medio de agrias polémicas sobre el perfil filosófico que debía regir a los militantes bolcheviques, el líder soviético elogiaba al autor de La madre como “el representante más grande del arte proletario”. Estas valoraciones positivas de Lenin hacia la obra de Gorki, así como su predilección personal por el realismo en el terreno de sus preferencias literarias, ocuparían más tarde un rol central en la sistematización teórica y en las prácticas artísticas del realismo socialista.

Un elemento fundacional todavía de mayor peso, también atribuible a Lenin y de carácter exclusivamente teórico, es la llamada teoría del reflejo. En su célebre polémica filosófica contra los relativistas agrupados en torno al empiriocriticismo, Lenin sistematiza los postulados centrales en la teoría del conocimiento del materialismo marxista: la realidad material existe objetivamente con independencia de la conciencia humana; la conciencia y sus formas —o sea nuestras ideas— “reflejan” esta existencia objetiva, pero tal reflejo es siempre imperfecto, puesto que su perfección sería la identidad absoluta del sujeto con el objeto. El proceso del conocimiento, entonces, es el proceso de los esfuerzos consecutivos por “perfeccionar” ese reflejo, por hacerlo lo más fiel posible a la realidad objetiva.

Y en aras de la claridad ante un problema tan abstracto, el Lenin filósofo toma incluso del terreno del arte su analogía: la realidad objetiva es nuestro “modelo” y nosotros, nuestra conciencia, pintamos de ella un cuadro, la copiamos lo más fielmente posible.

Por último, un antecedente de carácter histórico: el realismo literario precedente. Esta vieja y sólida corriente, que podríamos llamar realismo presocialista, comenzó a tomar forma como programa estético hacia mediados del siglo xix en Francia. En su forma más madura, este realismo tiene un alto contenido revolucionario: los escritores realistas se rebelan contra la artificialidad y la falsa representación de las academias clásicas y románticas, contra sus adornos fingidos; la representación, afirman, debe ser lo más fiel posible a una realidad constituida no por grandes hombres, sino por gente ordinaria y humilde, en cuyas vidas abundan las pasiones impulsivas, la fealdad, la vulgaridad. Nosotros, exclaman, reproducimos la realidad, la sociedad, en toda su verdadera riqueza, incluyendo sus imperfecciones.

No son pocos los puntos de contacto entre este programa estético y la teoría del reflejo leninista en el campo del conocimiento. De hecho, las grandes figuras del realismo ruso ocupaban un lugar privilegiado en las preferencias literarias de Lenin: Tolstoi, Chéjov y Turguénev.

Como práctica artística, el realismo socialista gozó de gran vigor durante varias décadas del siglo xx, y en torno a él surgieron acaloradas polémicas dentro del gremio artístico internacional. No son temas para un texto introductorio.

Por ahora, con los antecedentes enunciados, quizás podremos entender desde una perspectiva mejor informada la sucinta definición que brinda el Diccionario de Filosofía de Rosental —referente teórico de la toda concepción filosófica soviética— respecto al realismo socialista: “Método artístico cuya esencia estriba en el reflejo fiel, históricamente concreto, de la realidad tomada en su desarrollo revolucionario”. 


Aquiles Lázaro es promotor cultural e investigador del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales.

sábado, octubre 01, 2022

Poema: “Marcha triunfal del Ejército Rebelde”, del Indio Naborí (+ Video)

 


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Fidel Castro saluda a Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, en el VI Congreso de la UNEAC, enero de 1988. Foto: Juvenal Balán/Sitio Fidel Soldado de las Ideas

Hoy se cumplen 100 años del nacimiento de Jesús Orta Ruiz. Por esta razón, el sitio web Fidel Soldado de las Ideas recuerda el vínculo entre el líder de la Revolución cubana y el gran poeta cubano, conocido como el Indio Naborí. Compartimos con los lectores el poema Marcha triunfal del Ejército Rebelde.

Si desea leer otros poemas del Indio Naborí puede encontrarlos en el sitio web Fidel Soldado de las Ideas.

¡Primero de Enero!
Luminosamente surge la mañana.
¡Las sombras se han ido! Fulgura el lucero
de la redimida bandera cubana.

El aire se llena de alegres clamores,
se cruzan las almas saludos y besos,
y en todas las tumbas de nobles caídos revientan las flores
y cantan los huesos.

Pasa un jubiloso ciclón de banderas
y de brazaletes de azabache y grana,
mueve el entusiasmo balcones y aceras,
grita desde el marco de cada ventana.

A la luz del día se abren las prisiones
y se abren los brazos: se abre la alegría
como roja rosa en los corazones
de madres enfermas de melancolía.

Jóvenes barbudos, rebeldes diamantes,
con trajes de olivo vienen de las lomas,
y por su dulzura, los héroes triunfantes
parecen armadas y bravas palomas.

Vienen vencedores del hambre y el frío
por el ojo alerta del campesinado
y el amparo abierto de cada bohío...
Vienen con un triunfo de fusil y arado.

Vienen con sonrisa de hermano y amigo,
vienen con pureza de vida rural,
vienen con las armas que al ciego enemigo
quitó el Ideal.

Vienen con el ansia del pueblo encendido,
vienen con el aire y el amanecer,
y, sencillamente, como el que ha cumplido
un simple deber.

No importan los días de guerra y desvelo,
no importa la cama
de piedra o de grama,
sin otra techumbre que ramas y cielo.

No importa el insecto, no importa la espina,
la sed consolada con parra del monte,
la lluvia, los vientos, la mano asesina
siempre amenazando en el horizonte.

¡Sólo importa Cuba, sólo importa el sueño
de cambiar la suerte!
¡Oh, nuevo soldado que no arruga el ceño,
ni viene asombrado de tutear la muerte!

Los niños lo miran pasar aguerrido
y piensan, crecidos por la admiración,
que ven un rey mago rejuvenecido
y con cinco días de anticipación.

Pasa fulgurante Camilo Cienfuegos,
alumbran su rostro cien fuegos de gloria.
Pasan capitanes, curtidos labriegos
que vienen de arar en la Historia…

Con los invasores pasa el Che Guevara,
alma de Sarmiento que trepó el Turquino,
San Martín quemante sobre Santa Clara,
Maceo del Plata, Gómez argentino...

Pasan lindas reinas sin otras coronas
que su sacrificio: cubanas marciales,
gardenias que un día se hicieron leonas
al beso de doña Mariana Grajales...

Ya entre los mambises del bravío Oriente,
sobre un mar de pueblo, resplandece un astro,
ya vemos la cálida frente;
el brazo pujante, la dulce sonrisa de Castro...

Lo sigue radiante su hermano Raúl,
y aplauden al paso del héroe ciudades quemadas,
ciudades heridas que serán curadas
y tendrán un cielo sereno y azul.

Fidel fidelísimo, retoño martiano,
asombro de América, titán de la hazaña
que desde las cumbres quemó las espinas del llano
y ahora riega orquídeas, ¡flores de montaña!

Y esto que las hieles se volvieran miel,
se llama... ¡Fidel!
Y esta que la ortiga se hiciera clavel,
se llama…¡Fidel!
Y esto que la patria no sea un cuartel,
se llama…¡Fidel!

Y esto que la bestia fuera derrotada por el bien del hombre,
esto que la sombra se volviera luz,
esto tiene un nombre, sólo tiene un nombre:
FIDEL CASTRO RUZ.

En video, Marcha triunfal del Ejército Rebelde en la voz de Corina Mestre




Fermín Muguruza: "Hay que combatir a gente como Nacho Cano, antes y ahora"


Fermín Muguruza presenta 'Black is Beltza II: Ainhoa'

"Como me decía el otro día Antonio de la Torre, ya no se puede remar más a contracorriente que con esta película", bromea Fermín Muguruza (Irún, 1963) en conversación con infoLibre con motivo del estreno este viernes en cines de Black is Beltza II: Ainhoa. "Una película de animación para adultos en euskera. Con mi firma, eso también, que muchas veces a alguna gente le da el canguelo y puede ser un handicap, aunque también pasa lo contrario, porque saben que va a haber un montón de seguidores que van a estar apoyando y defendiéndola, como hace cuatro años".Se refiere el músico y cineasta a la primera entrega de Black is Beltza, proyectada en medio centenar de festivales internacionales desde su estreno en 2018 y la "única película española de animación para adultos que ha querido Netflix". A pesar de eso, denuncia Muguruza que la segunda parte se ha hecho en coproducción con el INCAA de Argentina, porque ni el ICAA ni RTVE en España han querido apoyarla: "Es muy significativo. Es una declaración de principios que nos dice 'no queremos que hagáis este tipo de cines.

Después de su pre-estreno en el Velódromo de Anoeta ante 3.000 espectadores dentro del Festival de San Sebastián, Black is Beltza II: Ainhoa, desembarca este 30 de septiembre en salas de toda España. "No todas los que quisiéramos, pero tenemos una buena representación y vamos a defender cada cine como si fuera una barricada", remarca Muguruza, recordando, de paso, que la película es el "acorazado Potemkin" de un proyecto transmedia más amplio que incluye también una banda sonora y un cómic (disponible el 6 de octubre con Reservoir Books en España y Latinoamérica).

La protagonista de la historia es en esta ocasión es, claro, Ainhoa, que nace de milagro en La Paz (Bolivia) tras la muerte de su madre en un supuesto atentado parapolicial. Crece en Cuba y en 1988, a los 21 años, comienza un viaje iniciático con el País Vasco como primer destino para conocer la tierra de su padre, Manex, protagonista de la primera entrega. Conoce a Josune, una periodista comprometida y su cuadrilla de amigas y amigos.


Cuando el novio de Josune muere por sobredosis de heroína, esta decide acompañar a Ainhoa en su viaje, que continúa por el Líbano, Afganistán y Marsella. Son los últimos años de la Guerra Fría y ambas se adentrarán en el oscuro mundo de las redes de narcotráfico y sus estrechos vínculos con las tramas políticas en un mundo en el que aparentemente los grandes conflictos están en vías de solución (la guerra Irak-Irán, Afganistán, la guerra civil del Líbano, el proceso de paz inminente en Argel entre ETA y el Gobierno Español), pero donde hay más capas de disputa de lo que parece.

"Como su padre en la primera parte, Ainhoa tiene otra vez esa idea del viaje, de no ser solamente una testigo pasiva de los acontecimientos, sino que se incluso se involucra y toma parte", explica el cineasta sobre una trama que arranca a finales de los conflictivos años ochenta en Euskadi, retratados con toda su crudeza de represión policial en las calles, la introducción de la heroína y el miedo al sida. Con Kortatu como banda sonora que cantaba con la voz del propio Fermín lo que estaba ocurriendo desde su perspectiva.

"Para mí, es muy importante que se subraye el hecho de mi historia personal, porque yo vengo precisamente de hacer y contar una historia que no es la oficial", explica, para luego añadir: "Los que nacimos en el franquismo no tuvimos adolescencia, pasamos de ser niños a ser jóvenes. Yo tenía doce años cuando Franco ordena los últimos fusilamientos de Txiqui y Otaegi. Con doce años ya sabíamos lo que es la represión. Conocíamos lo que es la policía franquista, la policía nazi, de un color. Cuando empezamos a ser jóvenes y a vivir en la calle, a esos policías les cambian de uniforme y pasa a ser la policía de la Transición, que eran exactamente los mismos, con la misma cadena de mando. Y peor. Los mismos los tenemos en la judicatura y la política".

Y prosigue: "Como yo todo eso lo he vivido desde niño, puedo contar mi relato. Sé que mucha gente va a poner el grito en el cielo, pero yo tenía que contarlo así. Hay un montón de puntos de vista del relato. Por ejemplo, la lucha armada era uno de los grandes temas de discusión que teníamos. Hubo un momento que se hablaba de acción directa no violenta. En la misma cuadrilla discutíamos y se invertían los papeles de un día para otro porque no lo teníamos muy claro tampoco. Ha sido muy liberador contar todo esto".

Aunque ahora esté más centrado en el cine, Fermín Muguruza es una figura clave de los últimos cuarenta años historia musical en nuestro país, primero con Kortatu (1984-1988), después con Negu Gorriak (1990-2001) y finalmente en solitario hasta hoy. Cabeza de turco del mal llamado rock radical vasco, una etiqueta que no gusta a los propios músicos a los que pretende definir, si bien él concede, desde la perspectiva del presente, que "hubo un movimiento que no tenía solamente que ver con la música", sino también con la realidad que estaban viviendo, "la creación de espacios autogestionados para que los jóvenes o la elaboración de fanzines".

Todo un movimiento independiente que consiguió gran influencia también más allá del País Vasco y que ahora a Muguruza le parece "interesante" a pesar de que antes lo "denostaba y estaba en contra". "Pero hubo otra manera de contar las cosas", remarca, para luego denunciar que el rock radical vasco fue un "movimiento muy reprimido en frente de toda esa Movida madrileña" que quedó como el relato oficial de los mitificados años ochenta y con la que se fue "muy complaciente". CT

"Nosotros tuvimos mucho contacto con gente de Madrid como Comando 9mm, Ana Curra y otros que se sintieron utilizados por la mercadotecnia. Por supuesto, no tuvimos ningún tipo de relación con Nacho Cano o gente así, que siempre nos pareció gente a la que había que combatir antes y a la que hay que seguir combatiendo ahora. Nacho Cano es una persona que está precisamente aquí en Madrid con Ayuso y todo esto, con todo lo que está diciendo... pues esa gente era la cara visible, la vanguardia de toda esa Movida".

La música, siempre presente como arma de guerrilla. El rock de combate que preconizaban The Clash. La música, otro gran protagonista de Black is Beltza II: Ainhoa, no solo por la banda sonora, sino por cómo va llevando de un sitio a otro a los personajes, otorgándoles un necesario contexto sonoro, "incluso traduciendo en muchos casos parte de la letra de las canciones que tienen que ver" con la que cuenta la historia. Algo que lleva a Fermín, director y guionista de la cinta junto a Isa Campo y Harkaitz Cano, a "reivindicar el papel de los músicos, de la cultura en general como el arma más valiosa que tenemos para luchar contra el fascismo".

"Mi hermano Iñigo, que falleció hace tres años, es una pieza clave de la película, recordando a Salvador Allende cuando dice que no hay revolución sin canciones, algo que también se dice al mencionar Te recuerdo Amanda de Víctor Jara", remarca. "Yo quiero denunciar que los fascistas quieren callar la voz de los músicos", recalca. Y remata: "A mí me han intentado censurar miles de veces, tuve un proceso judicial de ocho años –del que Negu Gorriak fueron finalmente absueltos tras ser denunciados por una canción por el teniente coronel de la Guardia Civil Enrique Rodríguez Galindo–. Nos intentaron acallar y por eso se empujó hasta el delirio una movida como la que nos pasó. Nosotros estábamos completamente denostados por estar cantando la parte no oficial de la Transición"

Otro punto a destacar de esta película es el reparto de voces de doblaje, que incluye a protagonistas como Maria Cruickshank, Itziar Ituño o Manex Fuchs, y que cuenta con actores y actrices tan populares como el antes mencionado Antonio de la Torre, Ariadna Gil o Gorka Otxoa. Un elenco importante que continúa la labor iniciada por el que participó en la primera parte, con nombres como Willy Toledo, Rossy de Palma, Emma Suárez, Óscar Jaenada o Jorge Perugorría.

"Antonio de la Torre me dijo hace tiempo que le llamara para la próxima película que hiciera y por supuesto que lo hice. Le dije que esta película iba dura y me respondió en plan pero que me estás contando, a mi no me provoques. Y se vino a grabar", rememora entre risas, para luego comentar sobre su relación desde hace muchos años con Ariadna Gil: "A ella la conozco porque sus hermanos son Brighton 64, un grupo mod de Cataluña que me encanta. La primera película le encantó y se apuntó sin dudar a la segunda para poner a los policías franceses a raya".

Siempre atento a lo que acontece en el planeta, termina Fermín confesando su "ilusión" por la victoria de la izquierda por primera vez en Colombia gracias a Gustavo Petro, en una América Latina que contrasta con la tendencia europea hacia la ultraderecha: "Qué desastre el devenir de la Historia en el mundo en general, pero estoy muy ilusionado con el vuelco que ha tenido un país como Colombia, que parecía que nunca lo podría tener".

Y termina: "Eso sí, ahora estoy aquí en Madrid y el tema de conversación es qué está pasando en Italia. Mi representante [es de origen argentino] me ha dado permiso para contar algo que me ha dicho hace unos minutos. Me ha dicho, '¿y qué te parece lo que pueda pasarme a mí, que soy inmigrante lesbiana? Lo llevo crudo si sigue subiendo la ultraderecha'. Pues lo que me parece es que aquí nadie va a tocar a nadie porque vamos a seguir en la lucha. Aquí estamos nosotros, los vascos, las lesbianas, los nadie".

"Canta Camarada"Jose Zeca Alfonso(LP 1975)